A veces, el pasado llama a tu puerta y te traer recuerdos, bonitos o feos, sin pedir permiso, sin preguntarte... Simplemente irrumpe en tu vida y te saluda. Y eso ocurrió hace unos días... No sentí tristeza ni alegría, ni frío ni calor... quizás una pequeña nostalgia, una distante reminiscencia ya olvidada que rememoré, no sin cierto matiz de cariño...
Estaba colmada de felicidad, apenas podía creer que estaba cumpliendo uno de mis sueños... y, entonces, apareciste... Y de golpe recordé aquel deseo, aquella predicción que vaticinaste hace ya más de un año, casi dos... Ahora se estaba cumpliendo "Tú tendrías que estar ahí, porque eres la más guapa" palabras de enamorado en tus labios...
Pero el pasado, sigue siendo pasado, y sólo sirve para recordarlo, sonreír y seguir hacia adelante con una nueva lección aprendida...
